Friday, January 09, 2009

Documentos desvelan que el cismático Lefebvre firmó el Concilio Vaticano II


RD/Efe).-Documentos del Concilio Vaticano II custodiados en el Archivo Secreto Vaticano desvelan que el fallecido arzobispo tradicionalista cismático Marcel Lefebvre firmó los textos de ese congreso eclesiástico, que cambió la Iglesia y que el prelado combatió.
El semanario italiano Panorama publica en su última edición, a la venta hoy, la foto de un documento del Concilio Vaticano II sobre declaración de libertad religiosa que lleva la firma del arzobispo francés.

"La firma que desenmascara una falsedad histórica, difundida entre los tradicionalistas", escribe Panorama.

Señala que Lefebvre rubricó "de su puño y letra todos los documentos del Vaticano II, empezando por la constitución Gaudiam et Spes, que después criticó ásperamente".

El oficial del Archivo Secreto, Piero Doria, entrevistado por la revista, destaca que la firma de Lefebvre aparece "a pie de página en todos los textos del Concilio".

Del Vaticano II salieron 16 documentos, entre ellos Gaudium et Spes, con el que se pasaba de una iglesia encerrada en sí misma a una libre, sin teocracias, que se sentía parte del mundo y se abría a sus problemas.

Marcel Lefebvre (1905-1991) fue excomulgado en 1988, tras ordenar cuatro obispos sin el permiso del Papa.

Según su biografía, desde el primer momento se opuso a los vientos de renovación del Vaticano II y ya en las sesiones preparatorias, a las que asistía como miembro de la Comisión Central, expuso sus críticas.

Durante el desarrollo del concilio fundó el Caetus Internationalis Patrum, al que se adhirieron 450 obispos, para defender la ortodoxia de la Iglesia Católica contra la nueva teología.
Calificó de destructivas las reformas surgidas del Concilio Vaticano II y en 1968 fundó en Suiza la Fraternidad San Pío X y, un año después, el seminario Internacional de Econe, también en la Confederación Helvética.

En 1976 fue suspendido "a divinis" (no poder celebrar misa, ni administrar los sacramentos, ni predicar) por sus ordenaciones sacerdotales irregulares.

A pesar de las amonestaciones de Roma, primero del papa Pablo VI y después de Juan Pablo II, siguió ordenando.

La gota que colmó el vaso fue el 30 de junio de 1988, cuando ordenó a cuatro obispos, entre ellos al español Alfonso de Galarreta, sin el permiso del Papa.

Dos días después, la Congregación para los Obispos emitió el decreto oficial de excomunión de Lefebvre y los cuatro obispos por él consagrados.

En los últimos años el Vaticano dio numerosos pasos para que los "lefebvrianos" volvieran al redil, entre ellos la recuperación, por parte de Benedicto XVI, de la misa en latín, en desuso desde que entró en vigor el Misal salido del Vaticano II.

El pasado año, el superior general de la Fraternidad, Bernard Fellay, rechazó volver al seno de la Iglesia Católica, pues antes deberían levantarse las excomuniones.

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