Thursday, January 15, 2009

El Dios del autobús


Dios sí existe, viaja en autobús, nos ama y quiere que seamos felices Quince reflexiones sobre la propaganda atea en los autobuses
Desde el lunes 12 de enero y durante dos semanas, dos autobuses públicos de Barcelona realizan su servicio con sendos anuncios publicitarios a favor del ateísmo. El texto de anuncio dice así: “Probablemente Dios no existe. Deja de preocuparte y disfruta de la vida”. Los promotores de la campaña pretenden asimismo trasladar estos anuncios a otras ciudades de España, como ya ha acontecido en Estados Unidos de América y en Gran Bretaña.

¿Qué decir, qué pensar al respecto desde la óptica, desde la vivencia y los sentimientos de los creyentes? Quizás el primer impulso sea el silencio… siquiera por aquello del refrán “no hay mayor desprecio que no hacer aprecio”. Con todo, los creyentes podemos encontrarnos con una ocasión espléndida para hablar de Dios. Desde esta perspectiva, ofrezco a continuación mi pensar y mi sentir al respecto, concretado en quince razones, en quince argumentos, en quince reflexiones, en quince -o en setenta veces siete- invitaciones a creer, amar, seguir, testimoniar y servir a Dios, el fundamento de la vida, de la belleza, de la justicia, de la paz, del progreso y del amor.


1.- Se trata de una iniciativa legítima amparada, en principio, por el Estado de Derecho, que consagra el derecho de la expresión y la libertad religiosa y de conciencia.

2.- Como todos los derechos, el ejercicio, en concreto, de éste nunca puede ser en contra de nadie, en contra de los demás. Y jamás ha de resultar ofensivo, burlón y difamador. ¿No nos hallamos entonces ante un ejercicio abusivo de un derecho cuando esta propaganda achaca a la creencia de Dios las preocupaciones y la limitación en el disfrute y goce de la vida? ¿No es esto denigrante, cuando no difamador, para los creyentes?

3.- Quienes aceptan esta propaganda, al ser empresas públicas -es decir, sostenidas y amparadas por los impuestos de todos los ciudadanos y a su servicio- convierten la iniciativa en inadecuada y en contradictoria. Si el Estado y las Administraciones son aconfesionales o laicos –esto es, neutrales en materia religiosa- ¿cómo justificar la aceptación de esta publicidad en favor de una idea religiosa o irreligiosa? ¿Todo lo puede el dinero? Además, ¿qué pasaría si fuera al revés, si autobuses públicos recorrieran las calles con mensajes publicitarios a favor de una determinada creencia religiosa y el contenido de los mismos ridiculizara a quienes no creen? ¿No se diría entonces que esta publicidad contradice la aconfesionalidad y la neutralidad del Estado en materia religiosa?

4.- Desde un punto de vista intelectual e histórico, la iniciativa es obsoleta y decimonónica, superficial y banalizadora, intelectualmente poco seria y con inequívoco sabor carnavalesco y burlón. Es también sofista y demagógica pues partiendo de una posible y retórica duda, acaba afirmando y descalificando.

5.- Lo anterior significa que a buen seguro que los grandes pensadores y divulgadores del ateísmo científico e intelectual de las últimas y ya pasadas décadas rechazarían estas proclamas por su simplismo y trivialización.

6.- Es además poco respetuosa con las personas que realmente no creen en Dios o tienen dudas y viven en procesos de búsqueda y de discernimiento.

7.- La iniciativa es sociológicamente hablando muy poco representativa de la realidad española actual. En España alrededor del 80% de sus habitantes se declaran católicos, y en el restante 20% hay cristianos de otras confesiones e iglesias, judíos, musulmanes y apenas hay personas que se consideran confesionalmente ateas.

8.- Desde una perspectiva histórica, la iniciativa resulta ridícula e ignorante. ¿Es posible tildar de preocupación y de frustración los veinte siglos de cristianismo en España? ¿Es posible ignorar u olvidar todas las inmensas y gloriosas realizaciones culturales, artísticas, humanitarias, científicas, asistenciales, benéficas y jurídicas surgidas precisamente de una civilización y de unos hombres y mujeres que a lo largo de siglos creyeron en Dios?

9.- La iniciativa es de este modo, abusiva. Es abusiva porque abusa del Estado de Derecho que rige España. ¿Se atreverían sus promotores a llevar estas campañas de publicidad en países regidos por los fundamentalismos religiosos en los que no se respeten los derechos y las libertades, bajo los que se amparan en España y en otros países occidentales?

10.- Es una iniciativa auspiciada también para distraer la atención de lo que realmente importa y lo que realmente preocupa y dificulta la vida de los ciudadanos como es el paro, la violencia machista y callejera, el terrorismo, la crisis económica…


11.- Es igualmente una iniciativa engañosa y mentirosa, que no muestra su verdadera o, al menos, completa faz y oculta sus pretensiones económicas. En Londres, los promotores de la campaña recabaron donaciones económicas y en dos meses recaudaron cien mil libras esterlinas. ¿Para qué y adónde va a parar ese dinero? ¿Quién controla y supervisa su uso y destino? ¿Es creíble que este dinero, como el que ya recaudado en Cataluña, se emplee solo en pagar la publicidad?

12.- La iniciativa es asimismo injusta. Los grandes creyentes de la historia y del presente y la inmensa multitud de los creyentes anónimos son las personas que más y mejor han trabajado y trabajan en pro de un mundo mejor, más justo y más humano. Desde Bartolomé de las Casas a Francisco de Victoria, desde Gandhi a Teresa de Calcuta, desde Baden Powell a Tagore, desde Martín Luther King a los Papas Juan XXIII o Juan Pablo II, desde Pedro Arrupe a Desmond Tutu, desde Juan Sebastián Bach a Francisco de Asís o Vicente de Paúl, tan solo por citar algunos ejemplos conocidos por todos.

¿Qué habría sido de la humanidad sin sus aportaciones a la paz, al progreso de todos los pueblos, a la cultura, a la educación, a la erradicación de la pobreza, la esclavitud o la segregación racial, a la defensa la libertad y de los derechos humanos o la atención amorosa a los pobres y parias de la tierra? ¿Sería hoy mejor nuestro mundo sin los misioneros, sin los voluntarios, sin los hospitales, colegios, centros de rehabilitación promovidos y mantenido por los creyentes?

Estas personas –y otos muchos cientos de miles más de creyentes- fueron y son capaces de esta ingente labor precisamente porque creen y aman a Dios y, en concreto, porque saben que el Dios de los cristianos es el Dios del amor al prójimo y del compromiso por un mundo mejor.

A título de ejemplo, veamos lo que es, supone y hace la Iglesia católica en España, es decir, quienes creen y siguen al Dios de Jesucristo a través de su Iglesia católica. Hay 22.700 parroquias -excluidos santuarios, capillas y ermitas-, en torno a 20.000 sacerdotes y unos 60.000 religiosos, a quienes hay que sumar unos 12.000 monjes y monjas de clausura. El 77,6% de los españoles, según las últimas encuestas, se declaran católicos. Dominicalmente asiste a la Eucaristía unos 8 millones de personas. En el último año, ha habido en España 283.226 bautizos, 265.801 primeras comuniones, 132.885 confirmaciones y 150.739 matrimonios canónicos eclesiásticos. Las retribuciones mensuales que perciben sacerdotes y obispos éstas se sitúan en 750 euros como media en el primer caso y en 900 euros para los obispos.

Cerca de dos millones de personas son atendidos directamente por la acción asistencial de la Iglesia en nuestra nación. A este efecto, disponemos de 107 centros hospitalarios, 128 ambulatorios y dispensarios, 876 casas para ancianos, enfermos crónicos y discapacitados, 937 orfanatos, 321 guarderías infantiles, 365 centros de reeducación, 144 centros de caridad, 305 consultorios para la defensa de la vida y de la familia, presencia en 82 centros penitenciarios, 73 centros para la acogida de reclusos en libertad provisional, 54 centros para la atención a toxicómanos y 24 centros para la atención a enfermos de SIDA.

Otros cerca de dos millones de personas son alumnos de centros educativos de la Iglesia. Hay 5.000 colegios concertados y 200 centros de educación universitaria. El número de alumnos educados en centros concertados es de 1.741.697. Los colegios concertados de la Iglesia ahorran al Estado casi tres millones de euros (2.920 millones). Según los datos del ministerio de Educación y Ciencia, una plaza un colegio público tiene un coste anual de 3.518 euros mientras que en un centro concertada esta misma plaza cuesta al erario público 1.841 euros.

13.- Dios es el fundamento de la existencia, de quien venimos y a quien vamos. Dios es el mejor relojero de la historia. Dios viaja en autobús. “Desde el espacio –afirmó un astronauta- uno se convence de que una maravilla como el planeta tierra solo ha podido ser hecho por El”. Por El, por Dios, que es amor y que es la fuente del amor, de la vida, de la felicidad, de la solidaridad y de la paz.

14.- Y además y por todo ello, esta iniciativa debe suscitar en la comunidad de creyentes un estimulo, un acicate, una interpelación a vivir más y mejor su fe, a ser fidedignos y coherentes testigos suyos, a seguir traduciendo en obras de caridad y de justicia los valores de la fe, a seguir sirviendo con amor a todos los hombres y mujeres de nuestro tiempo.

Y es que precisamente en su rostro ajado por la ancianidad, mermados por la enfermedad, privado de derechos, herido por las guerras y las violencias, zaherido por la manipulación y la mentira…, precisamente en ese rostro mancillado de nuestra humanidad -que también viaja en autobús- está impreso el rostro de Dios. Del Dios que existe y que nos ama, del Dios que nos hizo a su imagen y semejanza, del Dios que nos visita y alienta en nuestras preocupaciones, del Dios que quiere que seamos felices aquí en la tierra, como prenda y anticipo de la felicidad plena y sin fin de la eternidad.

15.- Sí, Dios, existe. Tiene sentido la vida. Disfruta de ella en Cristo y con y para los hermanos. La vida es bella porque es imagen de Dios.
Ecclesia

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