Cuando termina un año los medios de comunicación suelen hacer referencia a personas que han sido noticia durante ese periodo de tiempo que ha llegado a su fin. Me gusta leer sus biografías que suelen tratar la vida de personas que han aportado algo al mundo en el que vivimos.
Esta lectura me ha hecho fijarme en un indio del que no había oído hablar nunca. Se trata de Pramod Karan Sethi y que fue conocido por el inventor del pie de Jaipur. Era un cirujano ortopédico que había realizado sus estudios en Gran Bretaña y dedicado su vida a mejorar la de los más desfavorecidos de su país natal. Su gran invento data de 1969 y consistió en una pierna artificial con un costo de fabricación bajísimo pues oscilaba entre los 5 y los 20 dólares dependiendo del material utilizado. Tenía otra ventaja adicional que era su poco peso lo que permitía a los que la usaban trepar o correr.
Pero el invento llevaba aparejado otra sorpresa que era que su inventor nunca lo quiso patentar pues no pretendía ganar dinero sino que se pudieran beneficiar el mayor número de personas gracias a ese bajo precio. Su intención se hizo realidad cuando miles de personas de los países pobres afectados de la poliomelitis o de los estragos de los campos minados pudieron recuperar la posibilidad de andar.
Pramod Karan Sethi murió el año pasado y creo que fue una de esas personas que merecen un recuerdo póstumo aunque a nuestros países ricos de occidente no hayan llegado sus piernas. Nos recuerda que hay personas altruistas que no pretenden cobrar ni buscan la fama sino que les basta con recibir la sonrisa de un niño con una pierna nueva que le permite correr en pos de una pelota. Descanse en paz este santo tan desconocido.
Isabel Gómez Acebo
Del blog Cajón de ilusiones
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