Con una Eucaristía presidida por Mons. Gonzalo Duarte y una Clase Magistral dada por el Padre Luis Alberto Nahuelanca o.f.m. Licenciado en Misionología se inauguró el año académico de la Escuela Diaconal Felipe Diácono de la Diócesis de Valparaíso en la Parroquia San Felipe Neri de Viña Alemana. En ella hay 42 alumnos formándose en sus diferentes cursos y a primer año ingresaron 5 estudiantes.
El tema del padre Luis Alberto fue “La Misión, el valor de salir”. En ella destacó que sólo el 35% de la humanidad ha oído hablar de Jesucristo y que gran número de personas ya no son cristianas. Frente a esta realidad, debemos sentir la imperiosa necesidad de la misión. “No es un aspecto accidental u optativo, es un imperativo de nuestro discipulado. San Pablo decía: hay de mi sino evangelizare”.
Para responder a la pregunta ¿Qué es misionar? Se refirió a Monseñor Helder Cámara. “Misión es partir, caminar, dejarlo todo, abrirme a otros como hermanos”. “Hoy la Iglesia crece por contagio, pero qué estamos contagiando ¿pasión, entrega o desgano, pelambre, etc.?
“¿Qué hacemos por suscitar la pasión por el Señor y su Iglesia? Pablo VI decía, no evangelizamos territorios sino que personas. Tenemos que conocer más a quines vamos a evangelizar”. “Todo este gran desafío pide una renovada espiritualidad misionera. El secreto de la misión es la paz y gozo que sólo Cristo puede entregar. La Misión actual exige coraje, libertad, capacidad de modificar nuestra forma de misionar”.
“Tenemos que llegar a todos los lugares de la tierra, a todos los ambientes de la sociedad y a todas las personas. Pero no sólo llegar sino que saber llegar”. Al término de la Clase Magistral se realizó la Eucaristía presidida por Mons. Gonzalo Duarte, Obispo de Valparaíso. En ella agradeció a Dios por el Diaconado Permanente, por la figura del diácono y también por la Escuela Felipe Diácono.
En su homilía se refirió al Evangelio de ese día, en el que se nos pide que seamos con los demás como el Padre Dios es con nosotros. “Que sepamos acoger, perdonar, orar por los que nos persiguen, amar a los que nos hacen mal”. El Señor nos dice que debemos orar por nuestros enemigos porque o sino seremos iguales a los que no tienen fe”.
“El corazón de la Cuaresma es buscar permanentemente que nuestra actitud por nosotros y por los demás sea la actitud que el Padre Bueno y Misericordioso tiene por nosotros y por los demás”.
Fuente: Comunicaciones Valparaíso
Villa Alemana, 09/03/2009
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