Saturday, March 14, 2009

Masivo inicio del año pastoral de Santiago presidió el Cardenal Francisco Javier Errázuriz

Más de dos mil trescientos agentes pastorales, incluyendo obispos, sacerdotes, religiosas, religiosos y laicos, participaron en la ceremonia de inicio del Año Pastoral 2009 de la Arquidiócesis de Santiago.

La actividad, a la que asistieron, además del Pastor, los Obispos Auxiliares Monseñor Andrés Arteaga, Monseñor Cristián Contreras y Monseñor Fernando Chomalí; todos los vicarios y clero de Santiago, se desarrolló este sábado 14 en el colegio de los Sagrados Corazones de Alameda, cuyo gimnasio se repletó de una asistencia que tuvo una entusiasta intervención en cada una de las partes de este encuentro para comenzar un año pastoral marcado por las conclusiones de Aparecida y la Misión Continental en Santiago.


La primera intervención correspondió al Cardenal Errázuriz, quien se refirió al marco espiritual de esa misión y destacó la “sintonía plena” que se advierte entre los magisterios del Papa y de la Arquidiócesis y las conclusiones de Aparecida en cuanto a considerar como una orientación fundamental el “encuentro con Jesucristo vivo, camino para la conversión, la comunión y la solidaridad en América”.


El prelado destacó la importancia de unir la calidad de discípulos a la de misioneros. “Nos equivocaríamos profundamente sintiéndonos sólo misioneros. Vamos a estar trabajando en esa unidad”. También resaltó la unidad que existe entre la Misión Continental y las Orientaciones Pastorales de la Arquidiócesis para los próximos años.


Un despertar misionero

Luego, precisó que uno de los objetivos generales de la labor pastoral en Santiago estos años, que comienza con la Misión Continental, es que “en nuestra Iglesia entera ocurra un despertar misionero. Queremos que nuestra Iglesia viva en permanente estado de misión. Y, por lo tanto, sabiendo que el impulso misionero de la Iglesia viene de Pentecostés, viene del Espíritu Santo, queremos vivir en una Iglesia que implora permanentemente al Espíritu Santo y que sale permanentemente del Cenáculo enviada por Dios en la fuerza de su amor. Esto es fundamental”. Agregó el cardenal que “no lograríamos nada, no hay nada que nos estemos proponiendo en este momento que se pueda realizar sin la fuerza del Espíritu Santo y sin la irrupción del Espíritu en un nuevo Pentecostés en nuestra Iglesia”.


En este objetivo general, señaló que hay dos metas: “convertirnos en Iglesia-Cenáculo y, al mismo tiempo, con permanente disposición de un envío para ser Iglesia misionera”. Otro objetivo general, dijo el prelado, es que “toda la riqueza que Dios nos entregó en Aparecida llegue a ser un bien común de toda la Iglesia”.

Encuentro con Jesucristo y comunión


Más adelante, afirmó que todo este proceso tiene un punto de partida, que es “el encuentro con Jesucristo. No como un punto de partida que se puede superar. Permanentemente estamos partiendo, comenzando de nuevo desde Cristo y, por lo tanto, el encuentro con Jesucristo es el punto de partida de todos los días, de toda la misión, de cada uno de nosotros. Perdería toda su vitalidad, todo el esfuerzo misionero que queremos hacer si no estuviera siempre renovándose el ardor en el encuentro con Jesucristo”. Precisó que no se trata de un encuentro cualquiera, sino un “encuentro actuante, cambiante de la realidad, que lleva a la conversión”.


El Cardenal destacó que ser discípulo de Jesucristo exige la comunión “con Dios, los santos, la Virgen y entre nosotros y tratando de forjar comunión con nuestros hermanos que recibieron el mismo bautismo, pero que no pertenecen a nuestra Iglesia, confesiones cristiana con las que también queremos trabajar para que vivamos en comunión”.


Al referirse al método usado en Aparecida de “ver, juzgar y actuar”, el pastor señaló la necesidad de ver la realidad que nos rodea, pero a partir de la “realidad fundante. Despojaríamos de todo su sentido a la realidad, quitándole todo su brillo, si no viéramos con los ojos de la fe a Dios”. En cuanto al juicio, dijo que no es sólo decir lo que está bien o está mal, sino que es, “en primer lugar, un discernimiento”. La tercera etapa no es sólo actuar, señaló, sino que “actuar y contemplar, actuar y alabar, actuar y agradecer”.


Respecto de las comunidades, el Cardenal Errázuriz advirtió el peligro de que no sean misioneras. “Queremos una conversión pastoral, dijo, de manera que cada una de nuestras comunidades sea comunidad en la cual se viva la comunión, que forje discípulos de Jesucristo y que sean comunidades que envían misioneros”.


Por otra parte, el Cardenal adelantó que este año la Iglesia en Santiago dará un gran impulso a la “lectio divina” y capacitará al respecto a los interesados con el fin de que multipliquen esta forma de orar con la Biblia.



Una conversión profunda y radical

Al presentar el Plan Pastoral de Santiago para los próximos cuatro años, el nuevo Vicario General de Pastoral, Padre Cristián Precht, afirmó que “estamos llamados a una conversión profunda y radical”, tanto en el plano personal como pastoral. Agregó que los católicos de la Arquidiócesis “queremos ser mejores discípulos del Señor, misioneros infatigables del Señor desde el lugar donde él nos ha llamado; queremos ser personas y comunidades agradecidas, generosas, de acogida y queremos ser Iglesia en permanente estado de misión, convencidos de que lo mejor que podemos aportar al mundo de hoy en este cambio es la experiencia fundamental del encuentro con el Señor”.


Para este fin, señaló el Vicario General, está la Misión Continental en Santiago, a la que “nadie puede restarse”. Precisó que no es un tiempo o una etapa, sino que se trata de “una actitud misionera, de un camino permanente a recorrer. No se trata de acciones misioneras, sino de un proceso que comienza ahora y que se prolongará en el tiempo en distintos pasos, muy especialmente al servicio de los hermanos que se sienten más lejos de nuestra comunidad eclesial”.


Monseñor Precht aclaró que en esta Misión Continental “no vamos a hacer prosélitos” sino que se hará “por desborde de alegría”. En cuanto a los objetivos para este año, el Vicario General de Pastoral destacó el deseo de “despertar el ardor discipular y misionero en todos los que tenemos responsabilidad pastoral”. Finalmente, afirmó que la Iglesia en Santiago quiere formar discípulos y misioneros en la escuela de la Virgen María. “En su escuela queremos dar a luz a Jesús para las generaciones actuales”.


El masivo encuentro terminó con un solemne y participativo envío misionero por parte del Arzobispo de Santiago, Cardenal Francisco Javier Errázuriz.

Fuente: DOP www.iglesiadesantiago.cl

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