El Santo Padre ya constató el primer día el afecto con el que fue recibido por las calles desde el primer momento de su llegada. La gente bailaba y cantaba a su paso por las calles. La impresión era de afecto hacia ese extranjero blanco que había llegado. De hecho la Iglesia católica tiene una fuerte tradición en Camerún y el respeto a la diversidad que caracteriza el Camerún también deja que los fieles expresen sus sentimientos sin coacciones de ninguna clase.
La primera jornada completa del Papa en Camerún ha empezado con una visita de cortesía al Presidente de la República a las 10h de la mañana. De hecho el acto en si mismo es un acto de rigor protocolario pero nuevamente cabe resaltar la acogida que el Santo Padre ha recibido. En el Palacio Presidencial el Presidente con su esposa esperaban la visita del Santo Padre con todo el gobierno presente. Un signo del respeto que el Presidente Camerunés siempre ha manifestado por las autoridades religiosas y de la Iglesia católica en concreto.
A las 11h 15m el Papa se dirigía a la Parroquia de Cristo Rei, en la barriada de Tsinga-Yaundé. Era un encuentro de los obispos con el Santo Padre pero la comunidad parroquial había organizado una acogida con estilo africano: danzas, tambores, colores, vestidos conmemorativos, gritos de alegría… la coral de la parroquia ha intervenido adornando merecidamente la jornada.
El Papa Benedicto XVI ha recibido unas palabras de bienvenida en el contexto intra eclesial y acompañado de los hermanos en el Obispado y luego ha compartido con los obispos sus preocupaciones: la calidad de la Evangelización, la formación de los laicos y animar los cristianos comprometidos en la justicia social. En realidad los temas los ha sabido soldar magistralmente: de una correcta Evangelización se espera una comunidad cristiana unida y comprometida en la construcción del Reino. La cuestión social ha sido tomada una vez más. Será una de las claves del Segundo Sinodo Africano (paz, justicia y reconciliación). Los presentes han apreciado del Papa su preocupación por tantos sufrimientos, injusticias y guerras. Con esta preocupación compartida los corazones del pueblo camerunés y de este extranjero blanco confraternizaban nuevamente.
Los Obispos han tenido después una comida fraterna en la Nunciatura. Era poco mas tarde del medio día. Por la tarde había una cita en la bella Basílica “Maria Reina de los Apóstoles” en la colina Mvolyé de Yaundé. Dentro del Templo unas 3.000 personas iban a rezar las vísperas. Una multitud de 20.000 personas se habían acercado con la esperanza de participar aunque fuera desde el exterior. La celebración cuidada como pide la ocasión pero resaltar la participación de un grupo representante de las iglesias cristianas. Su participación es expresión también de la sociología religiosa del Camerún. En esta República las diferentes confesiones coexisten en un clima de mutuo respeto. El Papa ha participado y confirmado la bondad de esta convivencia. Hay que pensar que el hecho de ‘invitar’ a otras confesiones ha dejado ‘sin silla’ a algunos católicos.
Interesante el gesto de optar rezar juntos en el respeto de las diferencias.El Santo Padre ha tenido unas palabras en interior de la celebración. La radio y la televisión camerunesas han permitido la difusión de su mensaje en directo. Millones de ciudadanos podían seguir la celebración y las palabras de Benedicto XVI. Su discurso ha tomado otra vez la dimensión social como eje de reflexión. Ha llamado a la unidad de todas las fuerzas para construir una nueva cultura de la solidaridad. Ha invitado a apoyar toda iniciativa que trabaje por la justicia, la paz y la reconciliación. Ha unirse a todos los que trabajen por la justicia.
Después de la celebración todos se han marchado para casa. Horarios de la cultura francófona. A tener en cuenta también el dispositivo de seguridad desplegado por las fuerzas de seguridad de la Republica. Para algunos exagerado. Para otros, prudencia manda.
P. José Maria Sabé, salesiano
Yaoundé Camerún
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